viernes, 9 de noviembre de 2012

En el fin del mundo

Aquí el silencio me increpa sin cesar,
el tiempo se obstruye en cada pensamiento
los ojos se me pierden al mirar
cuando trato de escarbar recónditos recuerdos.

Aquí la soledad exagera,
la oscuridad me invade poco a poco
la luz que no la puedo apartar,
cuando necesito estar dormido.

Cuánto más durará este suplicio,
paredes decadentes, abrigos de madera,
ventanas sin cristales recuerdos indecisos
al borde la hoguera

Aquí me duele este camino de arena
el sol abusa mutilante
me carcome me invade me envenena
me cobra ser forastero errante

Aquí espero olvidarte, un mes mas 
y serás pasado 
aquí te dejo en el olvido
aquí empiezo una vez más desde cero.

ME IRÉ EN LA MAÑANA


Me iré una mañana soleada y gris
con mis bultos apiñados en la espalda
una vuelta sobre el hombro en la mirada
y nunca más veré a mi amada

me iré una mañana sin reloj ni tiempo
buscaré el camino más estrepitoso
para no caer en tu recuerdo fastidioso
para no decir sin corazón un lo siento

me iré una mañana larga y tendida
buscaré compañía extrema y cruel
para no extrañar las noches desoladas
para no llamarte cuando piense en ti

me iré una mañana porque amo la noche
y no quiero malograr su luna y su penumbra
me iré hablando y sollozando mucho
sin volver la vista para empezar de cero.


EL DÍA QUE YO MUERA

El día en que yo muera...
no malgastes el pozo de tus ojos,
no inventes ni un suspiro indeciso,
no ocultes el rencor de tus enojos,
no te rasgues como loco tus vestidos...

El día en que yo muera...
date tu lugar y mira
que no te siga la hipocresía
porque el mundo siempre gira...
y también mañana llegará tu día.

Tal vez seas el siguiente
y odiarás que lloren por tu alma,
con ese llanto enmascarado...
porque no será el llanto original,
sino el llanto inconsciente
que no siente ni entiende
ni sabe qué es estar emocionado.

El día en que yo muera...
no me juzgues por ser malo,
no critiques mi actitud cobarde
también tú, alguna vez pensaste
que el mundo no era tu hogar

El día en que yo muera...
no te hagas las preguntas del porqué,
tampoco metas al destino loco...
sólo quiero que entiendas que ya fue,
que nadie pudo darme el amor de a pocos.

El día en que yo muera...
sabrás que nadie me entendió,
sólo quise alcanzar mis sueños
alcanzar a la princesa que se adelantó
alcanzar los besos de sus dulces dedos.

El día en que yo muera...
no hagas lo mismo que yo hice,
no seas cobarde con la vida,
que tu mente sea la que analice
que mi vida fue de oro, y la otra,
la otra tal vez no valga nada.

El día en que yo muera...
no me quiero ir al cielo,
no quiero rezar intensamente,
mucho menos por la eternidad
para eso no he vivido aceptablemente,
a eso no le llamo libertad.