He llegado corroído, pero caminando,
soportando el peso del destino loco,
reprimiendo sueños renunciando a todo
caminando en lodo, pero guerreando.
Cansado, agotado, un tanto sediento
concluyo hasta aquí por seguir viviendo
y mi resignación de verme muriendo
sin nada de abrigo, sin dios, ni alimento.
Una cama mustia, una mesa muerta,
me revisan todo, me dan la bienvenida
esperan en pasar una larga estadía,
me incitan a dormir sin cerrar la puerta.
Mientras tanto pienso, si tendrás prudencia,
si piensas perdonar y adoptar mi norma
si tendrás a bien olvidar la forma
que te amé y me fui sin tener paciencia.
2013