Soñar, astros de mi mente encasillada
escogieron la maleza blanquecina,
mi alegría sofocada, aborda redoblada
de tu dulce corazón como nueva medicina.
Sentir, dulces sensaciones en mi paredón
construyeron mi cabeza, mi cordura
en silencio coronada, adornada de clamor
que aún cae a pedazos sin ciclones, ni torturas.
Caer, ángel moribundo traficando llanto,
recogiendo el suplicio reprimido,
resignado y quieto llevando su quebranto
y se encierra asustado, arrastrando su olvido.
Llorar, desiertas secuelas, negro porvenir,
mi futuro marchitado, detenido en tu fe,
esperando que tu rostro pueda sonreír
y parar su caminata y volver de donde estés.
2013