domingo, 26 de junio de 2011

ERES


Cuando el tiempo apresurado se detenga en silencio ante la confundida multitud e incrédulos creyentes, cuando para mi no tenga solución el sueño de aquel escritor inquieto, cuando ya no escuche las lágrimas del cuarzo mal labrado, cuando el viento enmascarado me golpee sin dolor, entonces será el regocijo de mi triste corazón, y será el deleite e mi alma encarcelada porque habrá llegado el reencuentro de dos almas olvidadas, de dos vidas sin aliento, de dos locos sin su dios.

Eres la sombra de mis melancolías,
que se levanta sin su dolor
cual árbol sin hojas verdes
vuela con sentimiento
por las ilusiones del creador.

Eres la estatua de mi emoción
que te ha convertido en su convicción,
que te lleva como obsesión
y que te ha puesto como su dios.

Eres la vida que le falta aliento
pero que no deja de respirar,
porque todavía en el silencio
oigo la voz de tus ideas
todavía dentro de mi
siento tu presencia
cuando me estremece el viento.

Eres el ángel que no se olvida,
el ángel que no se fue,
ése que anda en el pensamiento
que vuela arrastrándose por mis días
con tal de verme después,
porque sé que también me extrañas
como me lo dijiste ayer,
sé que también me llamas
porque aún te siento viva.

Eres la alegría...
que enamorada del día tuvo que dejar
las mañanas calientes
por las noches de luna,
por eso te quise tanto
porque como tú no habrá ninguna
y no exagero en esta afirmación
porque sé que realmente como fuiste
cuando le hiciste un poema a la luna
sé que en tu corazón
tenías una gran duda.

Eres el misterio de mi soledad
la voz que no se pudo escuchar
la mente sin felicidad
eso que era demasiado bonito
para ser verdad.

Eres los caminos de mis zapatos
que ahora no saben a dónde andar,
que preguntan en dónde estás
¿qué hago yo?
No sé por dónde empezar
no tengo siquiera ganas
para poderme orientar
por eso ruego al cielo
que no me deje continuar
en esta vida sin sosiego
para que me pueda encontrar
en un supuesto cielo con mi felicidad.